Los beneficios del ejercicio en la salud están demostrados, pero hay algo en lo que los especialistas e investigadores aún difieren: la dosis exacta para obtener el máximo provecho. Entre las respuestas y sugerencias más comunes destaca que hacer 30 minutos de ejercicio diario mejora la salud.
Y es que, independientemente de la edad, mantener un estilo de vida activo es de gran ayuda para mantenernos sanos y fuertes.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud: “se considera actividad física cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que supongan un consumo de energía. Ello incluye los deportes, el ejercicio y otras actividades como jugar, caminar, realizar tareas domésticas, practicar la jardinería y bailar. Toda actividad, ya sea para trabajar o desplazarse caminando o en bicicleta, o como parte de actividades recreativas, supone un beneficio para la salud”.
Así que piensa en qué actividades realizas al día y considera si es importante añadir un poco más de movimiento, porque los beneficios de ejercitarse son —y no se limitan— éstos:
- Actividad aeróbica o los ejercicios que necesitan de más oxigeno como caminar, trotar, nadar, bailar, esquiar y pedalear, favorecen el sistema cardiovascular, disminuyen la presión sanguínea y mejoran la circulación, lo que reduce el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
- Huesos saludables. En los niños puede aumentar la densidad ósea, en los adolescentes los fortalece y en la vida adulta retrasa la degeneración, ayudando a prevenir la osteoporosis.
- Óptimos niveles de glucosa. La actividad física, al favorecer el metabolismo, regula los niveles de glucosa en sangre. De ahí la importancia de la ejercitación física para los pacientes aquejados de diabetes.
- Potencia las capacidades cerebrales. Al hacer más eficiente la circulación de sangre. De ahí que, cuando se los practique, se esté más dispuesto, concentrado y creativo.
- Mejora la calidad del sueño. El agotamiento de energía que se produce por el ejercicio contribuye a estimular los procesos de recuperación durante el sueño. En general, podría reducir el insomnio y otros trastornos del sueño.
- Salud mental. Ejercitarse reduce el estrés, la ansiedad e incluso las fobias y los ataques de pánico. Es, además, funcional como apoyo en el tratamiento contra la depresión.
- Sistema inmune. Con el ejercicio el sistema inmune se acelera de manera temporal, aumenta su capacidad y defensas para el organismo.
- Músculos fuertes. No sólo aumenta la oxigenación, tono, fuerza y volumen, también favorece la flexibilidad, la fuerza de los tendones y los ligamentos.
- El peso ideal. La quema de calorías favorece a mantener un peso adecuado.
- Prevención de cáncer de colon. Acelera el paso de los desechos por los intestinos. Asimismo, al regular los niveles hormonales, puede contribuir a evitar el cáncer de mama y de próstata.
Además de una rutina de ejercicio y actividad física, te invitamos a leer: 5 hábitos para mejorar tu salud.
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