Es una de las lesiones más graves y trágicas que puede suceder durante el parto. Se trata de un orificio entre el canal del parto y la vejiga o el recto causado por la prolongación u obstrucción de un parto sin recibir tratamiento médico oportuno de calidad.
Consecuencia de esta lesión
Las mujeres y niñas no tienen control de la orina, las heces o ambas, y con el paso del tiempo deriva en afecciones médicas, crónicas, depresión, aislamiento social y una profundización de la pobreza.
Sin una intervención de emergencia, la obstrucción del parto puede prolongarse durante varios días y tener como resultado la muerte o una discapacidad grave. La obstrucción puede impedir el flujo sanguíneo a los tejidos en la pelvis de la mujer, cuando se desprende el tejido muerto queda un orificio (fístula) en el canal del parto.
La prevención es fundamental para erradicar la fístula, una lesión que revela la existencia de una asistencia médica de baja calidad.
En los países industrializados se ha eliminado prácticamente, gracias a una buena calidad de atención médica. Se produce con frecuencia entre las adolescentes que quedan embarazadas antes de que la pelvis se haya desarrollado plenamente, en cuadros de desnutrición, baja estatura y salud general deficiente, entre otros factores fisiológicos.
Tratamiento
Generalmente se puede reparar mediante cirugía reconstructiva, pero por factores como situación económica del país que incluye en la atención de salud que se brinda y por ello repercute en la salud de las mujeres y menores.
En 2013 se conmemoró el primer Día Internacional para la Erradicación de la Fístula Obstétrica.
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