Las emociones son reacciones psicofisiológicas que todos experimentamos a diario aunque no siempre seamos conscientes de ello. Son de carácter universal y generan cambios en la experiencia afectiva, en la activación fisiológica y en la conducta expresiva. Si bien el debate es amplio, diversas investigaciones y especialistas aseguran que tu estado de ánimo influye en tu salud.
Las personas que gozan de buena salud emocional son conscientes de sus pensamientos, sentimientos y comportamientos. Ellas han aprendido maneras saludables de lidiar con el estrés y los problemas que son una parte normal de la vida.
Se sienten bien consigo mismos y tienen relaciones saludables. Sin embargo, muchas cosas que suceden en su vida pueden perturbar su salud emocional. Esto puede llevar a fuertes sentimientos de tristeza, estrés o ansiedad. Incluso los cambios buenos o deseados pueden ser tan estresantes como los cambios no deseados.
El profesor Steve Cole, del Centro Cousins para la Psiconeuroinmunología de la Universidad de California (UCLA), en Los Ángeles, ha publicado una serie de estudios que sugieren que los estados mentales negativos como el estrés y la soledad provocan respuestas inmunes impulsando amplios esquemas de expresión génica, lo cual moldea nuestra habilidad para combatir enfermedades.
La Sociedad Americana contra el Cáncer ha publicado estudios en los que comprueba que un diagnóstico de cáncer puede afectar la salud emocional de los pacientes, las familias y los cuidadores. Los sentimientos comunes durante esta experiencia que cambia la vida incluyen ansiedad, angustia y depresión.
El miedo-ansiedad, la ira, la tristeza-depresión y el asco son reacciones emocionales básicas que se caracterizan por una experiencia afectiva desagradable o negativa y una alta activación fisiológica. Las tres primeras son las emociones más estudiadas en relación con el proceso salud-enfermedad.
Hay varias explicaciones por las que un elevado estado de emocionalidad negativa puede tener consecuencias para la salud:
- Al experimentar ira, tristeza, ansiedad o depresión de manera intensa, tienden a producirse cambios de conducta que hace que abandonemos hábitos saludables como la alimentación equilibrada, el ejercicio físico o la vida social y los sustituyamos por otros como el sedentarismo o la adicciones, para contrarrestar o eliminar estas experiencias emocionales.
- Las reacciones emocionales prolongadas en el tiempo mantienen niveles de activación fisiológica intensos que pueden deteriorar nuestra salud si se cronifican: la activación del sistema nervioso autónomo con elevación de la frecuencia cardíaca, hipertensión arterial, aumento de la tensión muscular.
Esta alta activación fisiológica puede estar asociada a un cierto grado de inmunosupresión, lo que nos vuelve más vulnerables al desarrollo de enfermedades infecciosas o de tipo inmunológico.
En relación a los trastornos cardiovasculares, varios estudios han mostrado que la depresión es un factor de riesgo significativo de enfermedad coronaria, infarto de miocardio y mortalidad cardíaca y también se ha relacionado con una peor evolución de los pacientes coronarios.
La mala salud emocional puede debilitar el sistema inmunológico de nuestro cuerpo. Esto hace que seamos más propensos a tener resfriados y otras infecciones en los momentos emocionalmente difíciles.
Además, cuando nos sentimos estresados, ansiosos o molestos, no podemos cuidar de nuestra salud tan bien como deberíamos. Es posible que no sintamos ganas de hacer ejercicio, comer alimentos nutritivos, o tomar un medicamento que le receta su médico. El abuso de alcohol, tabaco u otras drogas también puede ser un signo de mala salud emocional.
En definitiva, existe una relación estrecha entre emociones y salud. La reacción ante determinadas situaciones y las emociones son diferentes en cada individuo. Hay personas que ante un exceso de carga emocional tienen problemas físicos (cdolores de cabeza o trastornos digestivos) cognitivos (excesiva preocupación, obsesiones) o conductuales (adicciones). Por tanto, hay un síntoma de alarma diferente para cada persona.
Cuando una persona posee estrategias y habilidades suficientes para hacer frente a esas situaciones generadoras de cargas emocionales, es poco probable que causen algún daño; sin embargo, en ausencia de esas destrezas, un individuo puede verse desbordado por una situación que probablemente, sólo es insuperable desde su propia percepción.
Acude a tu médico, dile cómo te sientes y sobre todo, no te avergüences, un especialista puede ayudarte a sentirte mejor emocionalmente y, por lo tanto, mejorar tu salud física.
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