Todos nos hemos hecho cortes y rozaduras sin importancia, que podemos cuidar en nuestra propia casa. Es importante mantener ciertas heridas seguras y bien protegidas.
La mayoría de nosotros pensamos en las heridas que ocurren a consecuencia de accidentes. Pero las incisiones quirúrgicas (los cortes que nos hacen los médicos cuando nos sometemos a una operación) también son heridas.
Y también se consideran heridas los lugares del cuerpo por donde nos introducen tubos o catéteres. Cualquier cosa que rompa o perfore la piel es una herida, ya que cuando ocurre esto, existe el riesgo de que los gérmenes se introduzcan en el organismo y provoquen infecciones.
Cuanto más profunda y más grande sea una herida y cuánto más sucia esté, más cuidados necesitará. En JTC somos expertos y tenemos los productos ideales para tratar y cuidar heridas, como los de la familia Leukoplast, cintas adhesivas y apósitos para proteger las heridas y realizar vendajes.
Se trata de cintas quirúrgicas fabricadas con acetato que presentan una parte adhesiva con látex. La tira posee una contextura viscosa que sirve para mayor movilidad y puede aplicarse en condiciones de humedad.
Las cintas Leukoplast sirven para realizar vendajes compresivos de tracción, se utiliza, además, para la fijación de apósitos, tales como sondas, cánulas, catéteres y tubos, y es una excelente opción de vendaje para quemaduras.
Cuidar una herida grave en casa
Una herida grave no se cura de la noche a la mañana. El organismo puede tardar semanas en fabricar el tejido nuevo.
Puesto que las heridas pueden diferir mucho entre sí, tu médico te dará instrucciones específicas sobre cómo deberías cuidarte cuando regreses a casa tras abandonar el hospital.
Éstos son algunos consejos emitidos por el Hospital Rady Children´s en San Diego, California:
- Llevar la herida cubierta con una gasa o apósito limpio hasta que deje de segregar fluido. El médico o enfermero te dará instrucciones sobre cómo cambiar la gasa o apósito y con qué frecuencia.
- Esperar un promedio de dos a cuatro días después de la operación para darse una ducha. Puesto que cada caso es diferente, pregunta a tu médico o enfermero qué deberías hacer antes de volverte a duchar.
- Evitar bañarse en la bañera o nadar hasta después de la próxima visita al médico. La suciedad del agua podría introducirse en la herida y contaminarla. Asimismo, existe el riesgo de que se estropee la herida en el caso de que se humedeciera demasiado.
- Evitar toquetearse, manipularse o rascarse las costras. Una costra puede picar mientras se cura la piel subyacente, pero el hecho de manipularla o rascarla puede rasgar o arrancar parte de esa piel de reciente formación. En tal caso, la herida tardaría más tiempo en curarse y dejaría más cicatriz.
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