Las infecciones son enfermedades que son causadas por microbios como bacterias, hongos y virus. Después de salir del hospital, tras una operación, el paciente está aún expuesto a estos microbios, que pueden dificultar su recuperación en casa, de ahí que el evitar infecciones durante el cuidado postoperatorio del paciente sea vital.
Las Directrices mundiales para la prevención de infecciones quirúrgicas de la Organización Mundial de la Salud contienen una lista de recomendaciones concretas hechas por 20 de los principales expertos mundiales. El objetivo de las recomendaciones es hacer frente a la creciente carga de infecciones asociadas a la atención sanitaria tanto para los pacientes como para los sistemas de salud.
En este caso vamos a hablar de aquellas asociadas al cuidado del paciente en casa, así que, sí estarás a cargo de un ser querido tras una operación, necesitas tomar medidas para prevenir la propagación de microbios.
Antes de dar de alta a un paciente, consulta al personal médico sobre la condición del que ahora será “tu paciente”, especialmente cuando haya que hacer curaciones en casa en las que se tenga que limpiar o cuidar una herida.
Así como las medidas preventivas de higiene que se tengan que tomar en casa, que tendrán que ser muy similares a las de un hospital, es importante tener muy claro el uso de medicamentos postoperatorios —antibióticos— y seguir las indicaciones exactas para suministrarlos.
Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. La resistencia se produce cuando las bacterias sufren cambios a consecuencia del uso de estos medicamentos.
La resistencia a los antibióticos está poniendo en riesgo los logros de la medicina moderna. Sin antibióticos eficaces para prevenir y tratar las infecciones, la quimioterapia del cáncer, las intervenciones quirúrgicas como la cesárea o las prótesis de cadera, y los trasplantes de órganos se volverán mucho más peligrosos y aumentarán las estancias en el hospital, los costos médicos y la mortalidad.
Regresando al cuidado del paciente en casa. La mejor —y principal— manera de detener la propagación de microbios es lavarse las manos con frecuencia; antes de entrar entrar y al salir de la habitación del paciente; después de tocarlo; y antes y después de usar guantes.
Cuidar ciertas heridas es muchas veces más complicado de lo que parece. Es por ello que deberás tener a la mano el contacto de un médico o personal de salud. Asegúrate de que el ambiente en el se hagan curaciones esté lo más limpio y esterilizado posible y sigue medidas personales de higiene: uso de guantes, cubrebocas y si es posible, una bata.
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