El monitoreo constante de nuestra salud nos ayuda a detectar si alguna enfermedad o condición está en desarrollo o qué efecto están teniendo los tratamientos o modificaciones en nuestro estilo de vida en nuestro organismo. ¿Nos estamos beneficiando, o todo lo contrario? El monitoreo es la brújula que nos puede dar una respuesta, incluso antes de que aparezca cualquier síntoma evidente. Esto nos brinda una dirección más clara de cómo prevenir, tratar y/o sanar un padecimiento.
El oxímetro: el monitor de la salud respiratoria
Hoy hablaremos de uno de los dispositivos médicos de monitoreo que ha tomado un lugar importante en los últimos tiempos: el oxímetro de pulso o pulsioxímetro. Este dispositivo mide la saturación de oxígeno disponible en la sangre y la frecuencia cardíaca. Gracias a esta tecnología es posible conocer más sobre la absorción del oxígeno en el cuerpo y determinar si el paciente padece alguna enfermedad que pudiera afectar los pulmones o, incluso, algún otro órgano.
En tiempos previos a la pandemia, el oxímetro no era considerado como elemento indispensable para tener en casa. Sin embargo, los temas alrededor de la oxigenación han tomado mayor relevancia recientemente. Esto se debe a que actualmente la medición de los niveles de saturación en la sangre nos brinda mucha información para poder enfrentar la realidad que estamos viviendo, ya que nos ha puesto a convivir con un enemigo de la salud respiratoria conocido como hipoxia silenciosa.
¿Qué es la hipoxia silenciosa?
La hipoxia es el término que se utiliza para describir la falta de oxígeno en la sangre. Significa la presencia de un nivel de oxígeno inferior a lo normal en la sangre. Cuando respiramos el oxígeno de la atmósfera llega a nuestros pulmones. Una vez ahí, el oxígeno entra a la sangre y cuando exhalamos devolvemos dióxido de carbono al medio ambiente. La saturación se refiere a los niveles de oxígeno en la sangre y ésta puede variar dependiendo de algunos factores como la altura. Pero generalmente oscila entre el 95 y 99 por ciento. Cuando la saturación cae por debajo de esos niveles se puede somatizar con una opresión en el pecho o dificultad para respirar profundamente. Pero en el caso de la hipoxia silenciosa, simplemente la persona no lo nota y es ahí en donde radica el mayor peligro. Existen casos de pacientes con tomografías que revelaron signos de neumonía severa, sin siquiera notarlo.
Es muy importante tener en cuenta que la falta de oxígeno por tiempo prolongado no solo daña pulmones, sino que también puede comprometer otros órganos como el corazón, el cerebro y los riñones. Incluso, puede causar una muerte aparentemente repentina. Es por eso que debemos estar muy pendientes.
¿Cómo podemos protegernos de la hipoxia silenciosa?
La respuesta yace en el uso correcto de un oxímetro de pulso o pulsioxímetro. Los médicos han recomendado tener uno en la casa, el colegio o el trabajo. Esto tiene la finalidad de monitorear nuestros niveles de saturación en la sangre para podernos atender a tiempo si nuestros niveles se encuentran por debajo del 95 por ciento.
No dudes en utilizar un oxímetro si sientes falta de aliento, fatiga, opresión repentina en el pecho o alguna incomodidad al respirar y consultarlo con un médico para guiarte. ¡Además, es sencillo, indoloro y no toma más de un minuto hacerlo!
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