Este regreso a clases será el más complejo que hayamos tenido en mucho tiempo. Por un lado, debemos preparar a los niños y niñas para una convivencia presencial después de un aislamiento prolongado y, por el otro, tendremos que estar muy pendientes para protegernos y prevenir cualquier enfermedad infecciosa.
Por si esto no fuera suficiente, también debemos tomar en cuenta un aspecto importante: los accidentes escolares. Sin duda, la exposición a las prisas, aglomeraciones, distracciones, trayectos, entradas, salidas y recreos son momentos en los que se presenta un mayor riesgo de tener alguno de estos percances.
¿Cuáles son las lesiones más típicas producidas por accidentes escolares?
- Moretones. Suelen aparecer como consecuencia de caídas, tropiezos o golpes.
- Raspones. Resultan bastante frecuentes en brazos, rodillas y codos como consecuencia de una caída o roce mientras los niños juegan y corren. La mejor solución es lavar la herida y aplicar un antiséptico.
- Sangrados de nariz. A veces ocurre espontáneamente y otras a causa de pelotazos u otros golpes. En la mayoría de los casos basta con ejercer un poco de presión para detener el sangrado. En caso de que la hemorragia no se detenga, se puede tapar con una gasa y si el sangrado persiste, será necesario acudir a un médico.
- Esguinces. Suelen ser frecuentes, sobre todo en tobillos y muñecas. Suceden a menudo, los niños y niñas practican algún deporte. En estos casos, es recomendable acudir al médico para que nos indique el tratamiento que suele incluir antiinflamatorios, reposo y, en situaciones más graves se sugiere rehabilitación.
- Fracturas y luxaciones. Pueden darse como consecuencia de accidentes en la escuela tales como caídas, resbalones o choques. La luxación consiste en la separación de un hueso de su articulación. Para curarla, debemos inmovilizar la zona, aplicar frío y acudir al médico.
- Golpes o traumatismos en la cabeza. Estos golpes generalmente se convierten en moretones, chichones o raspones. Sin embargo, hay que estar atentos ante la aparición de síntomas como convulsiones, fiebre, somnolencia, confusión o dolor constante. Si uno de estos síntomas se manifiesta, es señal de que debemos ir inmediatamente con el profesional de la salud.
Hay que prevenir accidentes, pero también debemos estar preparados por si suceden.
Si bien, las escuelas juegan un papel importante en la responsabilidad que tienen para reducir riesgos tanto en sus instalaciones, como en la manera de manejar a los grupos escolares, seguirán existiendo riesgos y debemos estar preparados para ello.
Un botiquín de primeros auxilios es un mínimo indispensable que un colegio debe tener y tampoco sobra tenerlo en casa. Para ahondar en los elementos que un botiquín debe incluir nos gustaría compartir una de nuestras entradas de este blog: Botiquín de primeros auxilios
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