¿Por qué dicen que el estrés me va a enfermar? El estrés es una respuesta automática —física, mental y emocional— a un evento difícil. Es parte normal de la vida de todos, pero cuando se canaliza de una manera positiva, puede conducir al crecimiento, la acción y el cambio.
El estrés “no tratado”, a largo plazo, puede provocar distintas afecciones físicas —ciertas enfermedades del sistema nervioso o cardiovascular, por ejemplo—, y emocionales —depresión y ansiedad—.
Al estar bajo estrés, por ejemplo, te puede ser más difícil comer saludablemente. Además, en momentos específicos de estrés muy alto, es posible que comas con la intención de satisfacer necesidades emocionales.
En este caso, se dice que se come por estrés o por factores emocionales. Durante los momentos de estrés, es muy probable que comas alimentos con muchas calorías, aunque no tengas hambre.
Para prevenir el aumento de peso y reducir el riesgo de obesidad, mantén el estrés bajo control. Al sentir menos estrés y más control en tu vida, te será más fácil mantener una alimentación saludable y el hábito de hacer actividad física.
Otras de las afecciones más recurrentes que vienen acompañadas a situaciones de estrés son la ansiedad y la depresión. La depresión es un trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. También denominada «trastorno depresivo mayor» o «depresión clínica», afecta los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento de una persona, y puede causar una variedad de problemas físicos y emocionales.
Más que solo una tristeza pasajera, la depresión no es una debilidad y uno no puede recuperarse de la noche a la mañana de manera sencilla. La depresión puede requerir tratamiento a largo plazo. La mayoría de las personas con depresión se sienten mejor con medicamentos, con psicoterapia o con ambos.
El estrés es controlable, y para ello se han desarrollado una gran variedad de estrategias para sobrellevarlo. Recuerda que controlar el estrés puede ayudarte a llevar una vida más equilibrada y saludable.
Éstas son algunas de las recomendaciones para el manejo de estrés:
- Reconoce las señales de alerta del estrés, como ansiedad, irritabilidad y tensión muscular.
- Busca priorizar tus tareas y tiempo. Decide cuál de todas tus actividades debes de completar primero.
- Aumenta tu capacidad para hacer frente a la adversidad. Por ejemplo, puedes aprender a mejorar tu conciencia y tus reacciones emocionales, aumentar tu sentido de control, encontrar mayor significado y propósito en la vida, y cultivar la gratitud y el optimismo.
- Practica técnicas de relajación, como respiración profunda, yoga, meditación, tai chi, ejercicio y oración.
- Mejorar tus relaciones personales. En muchos casos, el estrés es provocado por un conflicto interpersonal —emocional, afectivo o profesional—.
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